Por Padre Manuel Solorzano Diciembre 8, 2024 2˚ Domingo de Adviento Lucas 3: 1-6
Queridos hermanos: En este segundo Domingo de Adviento, las lecturas nos invitan a reflexionar sobre la preparación para la venida del Señor destacando el llamado a la conversión y el anuncio de esperanza que trae la venida de Cristo. El profeta Baruc ofrece un mensaje de consuelo y esperanza para el pueblo de Israel, que está en el exilio. Les invita a despojarse de la ropa de duelo y a vestirse con la gloria de Dios, ya que el Señor les devolverá la paz y la justicia. Baruc asegura al pueblo que Dios no les ha olvidado y que el sufrimiento llegará a su fin.
Esta lectura nos habla de la misericordia de Dios que nunca abandona a su pueblo. Nos invita a mirar hacia adelante con esperanza, sabiendo que Dios cumple sus promesas. En la carta a los filipenses, San Pablo expresa su gratitud y alegría por la comunidad, recordándoles que Dios, quien ha comenzado en ellos una obra buena, la llevará a cabo hasta el día de Cristo Jesús.
Pablo reza para que su amor crezca y se manifieste en un conocimiento profundo y en discernimiento. Esta lectura es una invitación a crecer en el amor, a prepararnos para la venida del Señor viviendo en justicia y rectitud. La esperanza de Pablo es que, cuando Cristo vuelva, estemos preparados para presentarnos puros y llenos de los frutos del amor. El evangelio nos presenta la figura de Juan el Bautista, quien predica en el desierto un bautismo de conversión para el perdón de los pecados. Juan es la voz que clama en el desierto, preparando el camino para la venida del Señor. Lucas cita al profeta Isaías: “Preparen el camino del Señor, enderecen sus senderos”. Esta llamada a la conversión es fundamental en el tiempo de Adviento. Juan nos invita a reconocer nuestras fallas y pecados, y a enderezar nuestro camino, para que el Señor pueda entrar en nuestras vidas de manera plena.
Las tres lecturas de este domingo nos presentan un mensaje claro: la preparación para la venida del Señor. Baruc habla de un cambio radical en la vida del pueblo, que debe vestirse de la gloria de Dios en lugar del duelo. San Pablo nos recuerda que la preparación para la venida de Cristo implica crecer en el amor y la justicia, mientras que Juan el Bautista nos llama a la conversión.
En este tiempo de Adviento, estamos llamados a despojarnos de lo que nos aleja de Dios y a preparar nuestro corazón para recibir a Cristo. Juan el Bautista nos ofrece una enseñanza poderosa: la conversión no es solo una práctica exterior, sino un cambio profundo del corazón.
Preparar el camino del Señor significa ajustar nuestra vida a la voluntad de Dios, alejándonos del pecado y del egoísmo, para vivir de acuerdo con los valores del Evangelio. Este es el tiempo para enderezar los caminos torcidos de nuestra vida y hacer espacio para que Cristo reine en nosotros.
Por tanto, el mensaje central de este segundo domingo de Adviento es la preparación. Nos invita a una conversión profunda y sincera, a limpiar nuestro corazón y nuestra vida de todo aquello que impide que Cristo habite plenamente en nosotros. Al igual que el pueblo de Israel que recibía un mensaje de esperanza en medio del exilio, nosotros también estamos llamados a vivir este tiempo con la certeza de que Dios nunca nos abandona y que la salvación está cerca.
“Cómo estoy preparando mi corazón durante este Adviento para recibir a Cristo de manera plena en mi vida? ¿Qué áreas de mi vida necesitan una conversión más profunda, para que pueda enderezar mis caminos ante el Señor? ¿Estoy creciendo en el amor, como nos invita San Pablo, para que mi vida refleje los valores del Reino de Dios? Que este tiempo de Adviento nos ayude a prepararnos con esperanza y conversión, para que podamos recibir a Cristo con un corazón renovado y dispuesto a vivir su mensaje de amor y justicia.